Alki... un encuentro entre dos hombres y dos universos. Fragmentos elegidos de una conversación con Peio Uhalde, Director Gerente de Alki, y Jean Louis Iratzoki, Director Artístico.
¿Por qué crearon la cooperativa Alki?
Peio Uhalde:
Alki nació en 1981 en Itsasu, porque para poder vivir aquí, en nuestra tierra, necesitábamos trabajar aquí. Y fue así como un grupo de cinco amigos constituimos una pequeña fábrica de sillas que se llamó Alki que en euskera significa silla. Escogimos el modelo cooperativista porque nos permitía una gestión democrática un trabajador = un voto. Queríamos un sistema centrado en las personas y no exclusivamente en el beneficio. Conocíamos que esta forma de trabajo funcionaba ya con éxito en otros lugares del País Vasco. Yo por ejemplo, llegaba con la experiencia de haber trabajado durante tres años en el seno de una empresa del grupo cooperativo Mondragón.
En 2005 la empresa comienza a cambiar de rumbo... ¿Por qué? y ¿Cómo?
Peio Uhalde:
Por aquel entonces trabajábamos en el sector del mobiliario tradicional. Hacia mediados de los años 90 varias monedas europeas (España, Portugal e Italia) sufrieron una fuerte devaluación que empujó a que los principales distribuidores de muebles clásicos en Francia se abasteciesen de esos países, ya que les resultaba más económico. Conseguimos mantenernos con muchos esfuerzos durante 10 años más, pero veíamos que el mercado continuaba degradándose con rapidez, por lo que éramos consciente de que debíamos actuar. Así, hacia el 2005 contacté con Jean Louis Iratzoki para proponerle dar una vuelta a nuestra gama de productos...
Jean Louis Iratzoki:
Cuando me reuní con Peio en el taller de Alki pude sentir que había un verdadero conocimiento en el trabajo de la madera, un equipo cohesionado y un dirigente verdaderamente decidido a hacer lo que hiciese falta. A medida que nos conocíamos y avanzábamos en el proyecto nos dimos cuenta de que lo que realmente necesitábamos era redirigir el conocimiento de Alki a un mercado que valorase el saber hacer de la empresa...
Peio Uhalde:
...Y es así como nació la colección Emea y empezó para nosotros una nueva historia. Un verdadero renacimiento...
¿Permite verdaderamente el diseño reinventar una empresa? ¿No es un discurso superficial lejos de los valores de Alki?
Jean Louis Iratzoki:
El diseño es un proceso que nos permite llegar a un objetivo o una solución: se diseñan planes, estrategias empresariales, identidades, objetos... por lo que el diseño de ningún modo es una cosa superficial. Lejos de los clichés utilizados por algunos medios de comunicación, es una verdadera palanca para la transformación de las empresas, siempre que parta de unos valores y sea integral. Se trata de un ejercico complejo que va mucho más allá de dibujar una silla o una mesa y que implica a todas las áreas de la estructura, posicionando el diseño en el centro de la estrategia. Y eso nos es posible en Alki gracias a la estrecha colaboración de un equipo multidisciplinar.
¿Cómo se conciben productos perdurables?
Jean Louis Iratzok:
El mercado está repleto de productos de los que la gente se deshace rápidamente, bien sea por su falta de calidad o simplemente porque su extravagancia llega a cansarlos... Por eso, como diseñador industrial, me interesa especialmente la relación afectiva que llegamos a desarrollar las personas con ciertos objetos: ¿Por qué nos gusta algo? y ¿Por qué guardamos sólo algunos objetos?... La búsqueda de esa afectividad es una constante en mi trabajo. Para mi es primordial concebir objetos con los que poder convivir diariamente, lo cual implica que tengan una aparente discreción, normalidad... Y por supuesto deben estar bien fabricados con materiales y detalles cuidados...
Medio ambiente, desarrollo sostenible... Que suponen esas palabras para Alki?
Peio Uhalde:
Alki está situada en un entorno rural, entre verdes montañas. Aquí muchos somos hijos de campesinos... es por eso que para nosotros el desarrollo sostenible es un concepto que nos preocupa realmente. Desde Alki intentamos hacer todo lo que está en nuestras manos, como por ejemplo priorizar el uso de materias naturales: roble, lana virgen y fibras naturales. La calidad de los productos es otro eje, asegurando así una larga durabilidad de los mismos. Es importante también la colaboración con otros talleres situados en un radio de 100km, cuyos conocimientos técnicos son complementarios a los nuestros.
En su opinión, ¿cómo se puede afrontar la crisis actual?
Peio Uhalde:
Los mercados evolucionan, se transforman, y las crisis son y seguirán siendo parte del proceso. Alki ha vivido una crisis de mercado cada 10 años aproximadamente. La última comenzó mucho antes de 2008... Pero las dificultades nos han enseñado que debemos estar continuamente vigilantes y construir un camino siempre coherente a nuestros valores. Tanto es así, que este proceso hoy forma parte de nuestra manera de trabajar diaria, imaginándonos un mejor futuro y trabajando hacia el diariamente.
¿Cómo imaginan el futuro de Alki?
Peio Uhalde:
Preocupados por transmitir un patrimonio colectivo y una empresa fuerte a las generaciones futuras, nunca nos hemos guiado por la búsqueda del beneficio a corto plazo. Hemos necesitado 30 años para encontrar nuestro propio camino, para que nuestro proyecto sea global y sólido. Alki ha nacido y está arraigado a sus valores. La cooperativa continuará participando de manera activa y dinámica en el desarrollo de nuestro entorno. Y esperamos compartir con la misma pasión con la que vivimos nosotros el proyecto, con nuestros clientes, que son los que nos han abierto las puertas del mundo.